Los tres grandes del psicoanálisis son:
Sigmund Freud |
Alfred Alder |
Carl Gustav Jung |
PRINCIPALES IDEAS EN LA TEORÍA PSICOANALÍTICA.
1- Una teoría de la personalidad.
- Ello
- Yo
- Superyó
- Mecanismos de defensa
- Los síntomas neuróticos
- Los sueños
2- Una teoría para el desarrollo humano.
3- Una teoría del tratamiento.
- Trasferencia y contratrasferencia
- Asociación libre
GRANDES PSICOANALISTAS HETERODOXOS.
Alfred Adler (1870-1938) Especialista en psiquiatría de origen austríaco
Sin conocer a Freud escribió una crítica magistral defendiéndole, presentando sus ideas como originales, hábiles y profundas.
Fue presidente de La Sociedad Psicoanalítica de Viena de la que dimitirá en 1911 tras fuertes discrepancias entre ellos.
Tras su separación creará una psicología individual que llevará muchas veces las ideas del psicoanálisis, como el complejo de inferioridad, las perturbaciones sexuales, el masoquismo, el exhibicionismo, la neurosis, etc...
Adler atacó duramente el libro de la interpretación de los sueños de Freud, además creía que la importancia de la sexualidad en el desarrollo de la personalidad ha sido sobrestimada, pero por otra parte era partidario del cuestionario dirigido, sustituto de la asociación libre.
Para Adler el sueño, no es como para Freud, una realización de deseos infantiles, sino la expresión de una tentativa anticipada de conquistar seguridad.
El sueño de una persona indica que problemas vitales tiene el individuo, y la actitud que adopta respecto al mismo. En él se manifiesta el peso del sentimiento de comunidad y el del afán de dominio. El sueño suministra ensayos de anticipaciones, ensayos de preparación de una actitud agresiva.
Karl Gustav Jung(1875-1961) Psiquiatra suizo, alguna vez se la consideró el heredero aparente de Freud en el movimiento psicoanalítico. En 1912 se alejó de la teoría psicoanalítica ortodoxa, porque le molestaba la idea de que la libido era en esencia sexual y por la importancia de la niñez temprana.
Al igual que Freud, Jung hacía hincapié en el inconsciente, sin embargo, Jung se concentraba en las metas y esfuerzos de la personas, las búsquedas por la integridad y en el desarrollo creativo.
Para Jung, el inconsciente contenía materiales tanto positivos como negativos, y lo mismo personales que colectivos. La aportación más original y controvertida de Jung a la teoría de la personalidad fue la noción del inconsciente colectivo. Jung opinaba que los individuos son el producto de dos fuerzas :las historias particulares y las experiencias compartidas en común con toda la raza humana.
Sus aportaciones al psicoanálisis se originaron a partir de convicciones religiosas y filosóficas y del énfasis que ponía en las diferencias individuales.
PRINCIPALES IDEAS DE LA TEORÍA PSICOANALÍTICA:
Efectivamente, cuando escuchamos o leemos el nombre “Freud”, suelen acudir a nuestra mente otras palabras relacionadas. Algunas como “psicoanálisis”, “sueños”, “sexo”, “hipnosis”, “inconsciente”... Todas ellas y muchas más forman parte de la teoría psicoanalítica freudiana, de cuyos aspectos fundamentales fundamentales vamos a hablar a continuación.
Esta teoría, creada y desarrollada por Freud hasta el final de sus días, se articula o podría articularse, según Payne (1995) en tres puntos básicos:
- Una teoría de la personalidad.
- Una teoría del desarrollo humano.
- Una teoría del tratamiento.
Hay dos ideas básicas que fundamentan dicha corriente psicológica: el “determinismo psíquico” y el “inconsciente”.
Determinismo psíquico: principio que defiende que las acciones o la conducta surgen de los procesos mentales de la gente y no como algo que simplemente ocurre.
Inconsciente: la idea de que una parte de nuestro pensamiento y de nuestra actividad mental se escapa a nuestro conocimiento.
Ahora pasamos a desarrollar los tres puntos que Payne considera como básicos de la teoría psicoanalítica.
1- Una teoría de la personalidad:
Freud parte de la idea del individuo como ser en continuo conflicto interno provocado por impulsos biológicamente determinados que, a su vez, determinan la conducta (dentro de la idea mecanicista de la época de la que no nos podemos apartar). La fuente de este conflicto radica en la estructura de la personalidad.
La personalidad total está organizada en tres sistemas principales que articulan dicho conflicto: el ello, el yo y el superyó.
El ello es la parte de la personalidad que responde de modo directo a los instintos, aquellas demandas que se originan en el propio cuerpo (necesidades biológicas)
Para Freud , el organismo humano es un sistema complejo de energía. Y la fuente de la energía del aparato psíquico es el ello.
Los deseos e impulsos que surgen de las necesidades corporales acumulan una especie de presión o tensión que demanda una descarga y así una satisfacción inmediata. Cuando esto sucede se experimenta el placer, y cuando se evita aparece el dolor o frustración.
Al ello no le afecta ni la lógica ni la razón y su única meta es reducir la tensión al mínimo y así conseguir el placer : principio del placer.
Como apunta R.D. Gross (1992), se le puede considerar como la parte infantil de la personalidad, la parte presocializada de la estructura del individuo.
Esta parte de la personalidad se mantiene a lo largo de toda la vida. Es la parte oscura e inaccesible de la personalidad y tiene un contacto más cercano con el cuerpo que con el mundo real.
El yo, según Freud (1923):
“ La parte del ello que se ha modificado por influencia directa del mundo exterior, por medio de la percepción consciente” (Gross, 1992)
Toma su energía de ello y es el ejecutivo de la personalidad, la parte de la persona que planifica, toma decisiones. Es racional y lógica.
Se rige por el principio de realidad, posibilitando al individuo de distinguir entre el deseo (ello) y la realidad, entre lo subjetivo y lo objetivo. Así el desarrollo del ego consiste en el aumento de nuestra capacidad para aprender de la experiencia utilizando el pensamiento racional, la percepción y la memoria.
El yo pospone su satisfacción hasta el momento y lugar adecuado.
Es amoral, como el ello, pero tiene en cuenta las reacciones, sentimientos de otras personas. Hace que la experiencia del mundo exterior pese sobre el ello y se esfuerza en sustituir el principio del placer por el de realidad.
Superyó:
“ El largo periodo de la infancia durante el cual el ser humano en crecimiento vive en dependencia de sus padres, deja detrás de si... la formación en su yo de una instancia especial en la cual se prolonga la influencia de los padres. Ha recibido el nombre de superyó. En tanto este superyó está diferenciado del yo, o se oponga a él, constituye una tercera fuerza que el yo debe tomar en cuenta” (Gross, 1992).
Es el que da el carácter moral de la persona, representa la parte moral de la personalidad. Es el que gobierna los principios generales de la moral que gobiernan el yo.
Así pues, la personalidad era entendida por Freud como un continuo conflicto en el que el yo es el campo de batalla entre la fuerza instintiva del ello y las restricciones morales del superyó y, al mismo tiempo, el árbitro que tiene que mantener “contentas a todas las partes”.
Esta tensión genera conflictos que provocan “angustia” en el yo, que se refleja o exterioriza por medio de tres mecanismos:
1) Los mecanismos de defensa.
2) Los síntomas neuróticos.
3) Los sueños.
Los mecanismos de defensa:
Se trata de medios para evitar que el conflicto se desencadene. Se producen en el individuo de forma inconsciente. Podemos destacar los siguientes:
- La represión, que impide que la situación origen de la angustia se haga consciente.
- La sublimación, hace que la energía, dirigida hacia actividades indeseadas (a menudo sexuales) sea dirigida hacia otras más bien vistas.
- La racionalización, hace que se inventen razones aceptables para una determinada actividad cuando las reales son no aceptadas o reprimidas.
-La proyección, hace que las ideas no deseadas, asociadas a algo que el yo quiere proteger, sean achacadas en nuestra mente a otras personas o cosas.
Los síntomas neuróticos:
En esencia, son la expresión de un deseo (o recuerdo) reprimido que se disfraza la mayoría de las veces en unos síntomas físicos, alguno de ellos: parálisis, ceguera, sordera, jaquecas,...
Freud llamó ideas patógenas (“productoras de enfermedad”) a ideas y recuerdos subyacentes, llegando a la conclusión de que todos los síntomas son el producto de ideas patógenas de naturaleza sexual.
Los sueños:
“La interpretación de los sueños”
Esta obra estaría incluida dentro de su primera etapa, preparatoria de maduración y búsqueda que se desarrolla entre 1885 y 1897.
En 1900 Freud quiere describir el inconsciente porque en ello fundamenta su psicoterapia.
Los sueños, por expresar simbólicamente los deseos sexuales reprimidos y por seguir las mismas leyes y estructuras del inconsciente, se convierten en el camino real para el inconsciente.
Freud consideró esta obra muy importante, por ofrecer una teoría original de los sueños y funda su nueva ideología.
Esta obra ha sido mal comprendida, porque muchos aspectos de la misma, al ser traducidos, pierden el valor original y por la abundancia de alusiones a acontecimientos que son muy difíciles de interpretar para el que no vivió aquel momento de la Austria Imperial.
Inicialmente esta obra no tuvo buena acogida, los 600 ejemplares de la primera edición tardaron en venderse ocho años.
La técnica de la interpretación onírica
Freud reconoció la existencia de varios modos de interpretación de sueños :
La interpretación simbólica de los sueños ! Toma el contenido del sueño en su totalidad y procura sustituirlo por otro contenido, comprensible y análogo en ciertos aspectos. La historia bíblica nos da un ejemplo de este procedimiento en la interpretación dada por José al sueño del faraón.
Para este tipo de interpretación Freud reconoce que no hay ninguna norma, dependiendo del ingenio e intuición del interpretador.
En opinión de Freud el método simbólico es de aplicación limitada y nada susceptible de una exposición general.
El método fracasa en sueños incomprensibles, embrollados y confusos.
- El método descifrador
Considera el sueño como una especie de escritura secreta en la que cada signo puede ser sustituido mediante una clave prefijada, por otro de significación conocida. La labor de interpretación no recae sobre la totalidad del sueño, sino separadamente sobre cada uno de los componentes de sus contenidos, como si el sueño fuese un conglomerado, en el que cada fragmento exigiera una especial determinación.
Según Freud, este método dependería todo de que pudiéramos dar crédito al libro de los sueños para la que carecemos de toda garantía
- El método de la interpretación onírica
Freud justifica este método de la siguiente manera :
“Mis pacientes, a los que comprometía a referirme todo lo que con respecto a un tema se les ocurriera, me relataban también sus sueños y hube de comprobar que un sueño puede hallarse incluido en la concatenación psíquica, que puede perseguirse retrocediendo en la memoria del sujeto a partir de la idea patológica y aplicarles el método de interpretación para ello establecido, no había más que un paso”.
La eficacia del método psicoanalítico exige cierta preparación psíquica del enfermo, una intensificación de su atención sobre sus percepciones psíquicas y una exclusión de la crítica con la que acostumbra a seleccionar las ideas que le emergen.
Para favorecerle la concentración de toda su atención en la labor de autoobservación, es conveniente hacerle cerrar los ojos y adoptar una postura descansada.
Por tanto el éxito de esta técnica depende de que respete y comunique todo lo que atraviesa su pensamiento y no dejar retener unas ocurrencias por creerlas insignificantes o falto de conexión con el tema dado, y otras por parecer absurdas o desatinadas.
Al renunciar a la actividad crítica el sujeto ahorra una considerable cantidad de energía que puede destinar a la atenta persecución de los pensamientos emergentes.
- El proceso de reflexión crítica
Implica un quehacer grande, porque rechaza una parte de las ocurrencias emergentes después de percibirlas, interrumpe otras en el acto, negándose a seguir los caminos que abren su pensamiento, y reprime otras aún antes de que hayan llegado a la percepción, no dejándolas ser conscientes.
En el marco de estos requisitos generales que Freud defiende como necesarios para el sondeo del inconsciente, afirma que nuestra atención ha de concentrarse no en el sueño de su totalidad sino separadamente cada uno de los elementos de su contenido, pues en cada elemento pueden estar condensados y representados toda una serie de ocurrencias o segundas intenciones, que suelen ser expresión de vivencias que de alguna manera nos preocupan o que para nosotros han tenido su significado. Cada palabra, cada imagen tiene para cada uno un significado diferente, un contenido diferente que le va conformando la propia experiencia y Freud quiere buscar ese significado típico único y rico, caracterizado por una multiplicidad de determinación, para que el sujeto se conozca hasta en sus más íntimas profundidades.
Según Freud cada sueño ha de interpretarse, no siguiendo una clave fija y universal, pues un mismo sueño puede presentar diferentes sentidos, según quien lo sueñe o el estado individual al que se relacione. De ahí que cada uno de estos sueños precise de una interpretación preliminar que sirva de contexto para su interpretación.
La teoría de la interpretación de los sueños apareció por primera vez en la obra "La interpretación de los sueños" (1900).
En la primera década del siglo XX publica “Una teoría sexual y otros ensayos “ en donde incluye un capítulo titulado los sueños, en le que apenas añade cosas nuevas.
En la cuarta parte de la obra “Introducción al Psicoanálisis”(1915) trata con bastante detalle el tema.
Por último en la obra “Nuevas aportaciones al Psicoanálisis” incluye el capítulo Revisión de la teoría de los sueños, donde deja sentadas sus ideas finales sobre este tema.
2- Una teoría del desarrollo humano:
En la teoría del desarrollo del psicoanálisis se piensa que las personas atravesamos una serie de etapas cuyo motor son los impulsos o instintos, presiones mentales destinadas a aliviar necesidades físicas.
Entre las necesidades físicas, la tensión sexual es una de las más importantes.
Freud relaciona en gran medida el desarrollo de la personalidad y el desarrollo del instinto sexual (libido), que evolucionar atravesando diferentes etapas determinadas biológicamente. Se refiere (el instinto sexual) al deseo de un placer físico que se pueda satisfacer de muchos modos.
Sin embargo, no fue el instinto sexual no es el único que identificó y nos habló sobre el instinto de vida (Eros) y sobre el instinto de muerte (Thanatos).
Aquí la sexualidad no se confina a los adultos, sino que se manifiesta desde el momento del nacimiento. El desarrollo para Freud es una compleja interacción entre un programa de cambio, programado biológicamente. El contexto ambiental en el que se presenta y si se desea comprender al adulto, hay que retroceder a su infancia.
Este programa evolutivo comprende varias etapas, en cada una de ellas son importantes unas determinadas conductas:
- Etapa oral: (0-1 año).
Es la etapa denominada de narcisismo primario en la que el niño obtiene placer de la conducta de chupar.
- Etapa anal: (1-3 años).
La zona corporal más sensible ahora es la cavidad anal y los músculos del sistema urinario. En esta etapa, el niño se enfrenta por primera vez a las restricciones impuestas por el mundo exterior ya que no puede defecar cuando y donde tenga la necesidad.
- Etapa fálica: (3-5 años).
La zona erógena será la de los genitales, y la masturbación (en ambos sexos) se convierte en una nueva zona de placer. (idea revolucionaria y escandalosa en la Inglaterra victoriana)
Según se nos explica en Gross (1992) y Payne (1995), es ahora cuando el niño hace consciente de las diferencias anatómicas entre sexos.
Es en esta etapa cuando el niño se enfrenta a su padre al sentirse eróticamente atraído por su madre (Complejo de Edipo). Al final, por miedo a la castración de manos de su padre, reprime este sentimiento y se identifica con él, todo ello inconscientemente.
En el caso de la niña, es diferente. Al rededor de los tres años, la niña compara su miembro con el de los niños, al ver que ella no tiene pene , cree firmemente que ha sido castrada. El deseo de tener pene lo sustituye por el de tener un hijo, así explica Freud, el padre se convierte en el objeto amoroso de la niña. Pero con el tiempo, teme perder el amor de su madre y por eso vuelve a identificarse con ella.
En el último movimiento de identificación de la niña con la madre, Freud estaba menos seguro que con el de los niños.
- Etapa de latencia: (5 o 6 años- pubertad).
Es un periodo de latencia en la que se reprime las preocupaciones sexuales de los años anteriores, lo que permite continuar su desarrollo social e intelectual.
Se da un equilibrio superior al de cualquier etapa entre el yo, el ello, y el superyó.
- Etapa genital: (desde la pubertad en adelante).
La armonía se transforma y el ello comienza a realizar nuevas demandas poderosas en forma de deseos heterosexuales. Se da el aprendizaje social.
Algunas personas, inconscientemente, se ven de por vida vinculadas a la conducta específica de una etapa en concreto (fijación) y son, por ello, impulsadas a buscar en grado razonable esa particular forma de satisfacción.
Unido a las etapas del desarrollo está el concepto de regresión. Esto ocurre cuando las personas que han venido avanzando por los últimos estadios sufre un retroceso hacia una conducta típica de etapas anteriores producido por una situación actual de estrés.
En cada etapa, tanto la gratificación como la frustración excesiva, pueden producir consecuencias a largo plazo de modo notable. El proceso por el que se determinan estos rasgos es la fijación, que puede variar en grado. Así Freud distingue dos tipos principales de personalidad adulta: oral y anal.
“Por ejemplo, si durante el estadio de la ingestión y succión una cantidad determinada de engría psíquica se fija en la zona oral, se producirá en el adulto una personalidad dependiente. Si posteriormente surgen dificultades durante la fase oral de morder, la persona se volverá agresiva en sentido oral: el escarnio verbal, el cinismo,...” (George A. Miller, 1968).
Son ejemplos claros del determinismo psico-biológico y de la escasa importancia del medio social en el que se desarrolla el individuo.
3- Una teoría del tratamiento:
El psicoanálisis, como un conjunto de técnicas y procedimientos, era un método de tratamiento del paciente encaminado a hacer consciente lo inconsciente, puesto que en este, en el inconsciente, está el origen de las conductas anormales registradas en la represión ejercida por el individuo, por su superyó.
El fin de la terapia consiste en proporcionar autoconocimiento y autocomprensión al cliente. Las técnicas terapéuticas en que se basa el psicoanálisis son las siguientes:
El analista o terapeuta tiene el propósito de permanecer anónimo, como si fuera una “pantalla en blanco” para facilitar que los pacientes proyectaran sus fantasías sobre ellos. La transferencia se producía cuando sentimientos inconscientes del paciente hacia sus padres eran transferidos por este sobre el terapeuta, tratándolo como si fuera realmente uno de sus padres. Éste fue uno de los procedimientos para sacar a relucir ideas inconscientes. Para Freud, Thomas (1990):
“...A través de los años, cada vez se ha hecho más claro para los analistas practicantes que el proceso de transferencia... es una de las herramientas más importantes que tienen. Se ha vuelto tan central a la teoría y práctica que muchos, aunque no todos los analistas creen que hacer interpretaciones a cerca de la transferencia es lo que distingue al psicoanalista de otra forma de psicoterapia.” (Gross, 1992)
Mediante la estimulación de la transferencia, aquellos conflictos producidos por dificultades en antiguas relaciones con los padre y que están causando actualmente trastornos de conducta tienden a aflorar.
Durante la terapia también podía ocurrir un fenómeno de contratransferencia, cuando el psicoanalista reaccionaba irracionalmente ante el paciente aportando a la relación antiguas experiencias.
Para posibilitarle al cliente la comprensión de la transferencia y la manera en que esta se relaciona con los conflictos de su infancia, el analista tiene que interpretarlo, es decir, decirle al cliente lo que significa. Debido a que es probable que esto produzca dolor y angustia, los cliente utilizan otra forma de defensa denominada resistencia; un intento por escapar o evitar estas revelaciones. Todas las formas de resistencia son elementos de extrema importancia y en si mismo requieren de interpretación.
A pesar de lo dicho del anonimato del terapeuta, es esencial que se establezca una “alianza de trabajo” con el cliente, donde se fortalece de manera suficiente al yo del paciente como para enfrentar la ansiedad causada por el regreso a la conciencia y el recuerdo de sentimientos reprimidos. Esta alianza de trabajo, según explica Gross (1992), consiste en dos adultos que cooperan para comprender al niño que se encuentra dentro del cliente; el analista adopta una postura tranquila y reflexiva y actúa cuando considera que el cliente está listo para utilizar una interpretación en particular.
A través del proceso de análisis, el terapeuta continua siendo una persona real; el cliente se aleja de las relaciones de transferencia para formar una perfección adecuada del analista como persona con características propias.
A parte de la transferencia, las otras dos técnicas principales que se utilizan para revelar la mente inconsciente del cliente son la interpretación de sueños y la asociación libre.
En cuanto a la asociación libre, el cliente, a partir de algún elemento de importancia emotiva, dice aquello que le viene a la mente sin que tenga importancia lo tonto, irrelevante, o vergonzoso que pueda parecer. Por una u otra razón, el flujo parece interrumpirse en algún punto. Estos focos de resistencia que también se dan en el caso de los sueños y de la transferencia, son objeto de interpretación per parte del analista.
La meta de las terapias se limita por aquello que el cliente, de manera consciente, desea lograr y es capaz de lograr, junto con su motivación, fortaleza del yo, capacidad de intuición y autoconocimiento, capacidad para tolerar la frustración del cambio gradual, el costo económico y demás. Estos factores, por su parte, determinarán la manera en que se definirá y evaluará la cura.
El psicoanálisis clásico requiere que el cliente acuda a cinco sesiones de cincuenta minutos cinco días a la semana durante muchos años, lo cual para muchas personas es demasiado caro.
6- EL PSICOANÁLISIS Y LOS FENÓMENOS SOCIALES:
Parece que Freud se preocupó por utilizar los conceptos y el método del psicoanálisis para investigar los fenómenos sociales, sin embargo su postura fue algo especial como veremos a continuación.
Par la construcción de sus teorías, parte de una concepción esencialmente individualista. Esta concepción limitó y deformó visiblemente su estudio de los fenómenos sociales.
Freud acepta la creencia tradicional en una dicotomía básica entre el individuo y la sociedad, así como la antigua y pesimista doctrina de la maldad de la naturaleza humana.
Según nos cuenta, el hombre es un ser fundamentalmente antisocial. La sociedad debe domesticarlo, concederle unas cuantas satisfacciones directas de aquellos impulsos que, por ser biológicos, no pueden extirparse. Pero en general la sociedad debe purificar y moderar hábilmente los impulsos básicos del hombre.
Freud estudia al hombre en su relación con los demás. Sin embargo, esas relaciones, según Freud las concibe, son similares a las de orden económico (individuo en sociedad capitalista). Cada persona trabaja para sí misma de un modo individualista, y no en primer lugar en cooperación con los demás.
El concepto freudiana de las relaciones humanas es esencialmente el mismo: el individuo aparece ya dotado plenamente con todos sus impulsos de carácter biológico (ello), que deben ser satisfechos. Con este fin entra en relación con otros objetos (yo). Los otros individuos constituyen un medio para el fin propio.
Freud asumió como factores explicativos de la conducta, ciertos impulsos biológicamente determinados, aceptando el supuesto de una naturaleza humana fija e invariable, y colocando al hombre en una relación estrictamente mecánica con respecto a la sociedad.
7- LA ESCUELA CREADA POR FREUD.
La moderna revisión del psicoanálisis acepta los descubrimientos básicos de Freud, pero rechaza alguna de sus hipótesis.
Ciertos principios como el del determinismo psíquico, la existencia de una actividad inconsciente, el significado y la importancia de los sueños y de la “asociaciones libres”, el significado de la neurosis como conflicto dinámico de fuerzas que se dan en el individuo y la existencia de ciertos mecanismos de defensa como le represión, proyección, compensación, sublimación reacción, transferencia y racionalización constituyen puntos firmes de los “neopsicoanalistas”.
En cambio, estos autores rechazan la orientación biologista de Freud y las consecuencias que ella implícitamente trae en su doctrina. Ese predominio de la biología, como señala Fromm (1947), respondía precisamente a una orientación general de las ciencias sociales de principio de siglo.
Los modelos derivados del psicoanálisis freudiano se denominan modelos psicodinámicos.
La teoría que los fundamenta sostiene que la conducta es el resultado de una serie de movimientos e interacciones que se producen en la mente de las personas. También hace hincapié en la forma en que la mente estimula a la conducta. Tanto la mente como la conducta influyen y son influidas por el ambiente social del sujeto.
En mi opinión,la larga extensión en el tiempo de la terapia psicoanalista es un factor en su contra. Primero, porque estamos acostumbrados a resultados casi inmediatos en otros aspectos de nuestra vida, y segundo porque existen otras terapias mucho más rápidas e igualmente efectivas. ¿Qué opináis vosotros?
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